Samuel Clemens, mejor conocido como Mark Twain, escribió lo siguiente acerca de los reportes de que estaba seriamente enfermo y cerca de morir (era su primo): “El reporte de mi muerte fue una exageración.” Algo similar se puede sobre la Civilización Occidental.  Puede estar enferma, pero no está muerta.  Los enemigos de la Civilización Occidental están con vida porque están usando la fuerza para implementar su ideología. Esto es una señal de ilegitimidad, desesperación, y el fracaso en cuanto al cambio de mentalidad de las personas a través de la discusión razonada.

Consideren lo que está pasando en Louisville, Kentucky:

Un grupo activista está amenazando a dueños de negocios en Louisville con posibles repercusiones si fallan en someterse a su lista de demandas relacionadas con “justicia social.”  Phelix Crittenden, quien supuestamente es el “líder organizador de suministros” para el movimiento BLM, sección de Louisville,” creó un grupo llamado “Blacks Organizing Strategic Success [BOSS]”(Negros Organizando Estrategias de Éxito).

Las demandas del grupo incluyen tener un mínimo de 23% de personal Negro y adquiriendo “un mínimo del 23% de inventario de minoristas Negros o realizar una donación mensual recurrente de 1.5% de ventas netas a una organización negra o establecimiento sin ánimo de lucro.”

Si uno no cumple significará que habrá repercusiones financieras de BOSS que puedan cerrar al negocio que incumple a través de esfuerzos de boicot y publicidad negativa por medio de “lanzar comentarios negativos y publicaciones de medios sociales sobre el negocio.”

Esta clase de acciones son el microcosmo de un problema mayor que se trajo a través de intentar afectar la cultura a través del poder.  “En un mundo anarco-capitalista de ejércitos privados que buscan lucrar, el resultado es la sociedad de caudillos. Ejércitos privados con éxito militar siempre buscarán establecer su gobierno monopolístico por medio de matar la competencia, literalmente.”[1]

La razón principal de que los ‘civilizacionistas’ anti-Cristianos sobreviven y parecen seguir prosperando es que los Cristianos no se han enfrentado, y han construido, una cultura alternativa competitiva. Además, muchos Cristianos no creen que pueda existir una civilización Cristiana, así que mandan a sus hijos a la escuela del gobierno local la cual es anti-cristiana creyendo que los hechos son neutrales y la educación pública es gratuita.  Tal forma de pensar viene con un costo terrible ya que no hay tal cosa como “gratis.”  Siempre hay un costo.  Las acciones de los Cristianos pueden cambiar este problema a través de la sencilla obediencia a la ley de Dios. Si lobos en piel de oveja son un problema para la gente de Dios, entonces ¿qué debemos pensar sobre los lobos que son lobos admitidos?

No siempre ha sido de esta manera.  Winston Churchill, por ejemplo, vio la Batalla de Gran Bretaña como una lucha entre el reino de la luz y el reino de las tinieblas. “Sobre esta batalla,” dijo Churchill el 18 de Junio de 1940, “depende la sobrevivencia de la civilización Cristiana.”[2]

El Cristianismo siempre ha entrado al mundo cuando este se encontraba sumido profundamente en el hedor del paganismo y la oscuridad.  En el pasado, tales condiciones han sacado lo mejor del cosmovisión Cristiana.  El Cristianismo ha infundido al mundo la luz del evangelio y su llamado para la redención de pecadores y su mundo teñido de pecado. Esta visión del Cristianismo al parecer esta perdida para los Cristianos de hoy en día.

Anti-Cristianos están matando su futuro a través del aborto y al escoger no tener hijos. La homosexualidad y el transgénero (y todos los otros generismos) son para auto matarse.  Cuando el hombre y mujer se quitan sus genitales para identificarse con el sexo opuesto, debemos preguntar ¿la civilización de quién está por acabarse?

Hay muchos cristianos quienes no participarán de los esfuerzos de construcción de la civilización que incluyen la política porque creen que la política está fuera del ámbito de lo que constituye una cosmovisión Cristiana. “La política es sucia,” “Jesús no se mezcló con la política,” “La política es sobre la ley, y el Cristianismo es sobre la gracia,” “El Gobierno no es nuestro salvador; es Jesús,” “Jesús dijo que Su reino no es de este mundo,” “La única tarea del Cristiano es de predicar el evangelio, y muchos mitos más.”[3]

El asunto es, una cosmovisión bíblica incluye la política, la dimensión civil del gobierno bíblico. El poeta Británico y crítico literario T.S. Eliot (1888 – 1965) demuestra el punto mejor de lo que lo hago:

Sin embargo hay un aspecto en el cual podemos ver una religión como la forma total de vida de las personas, desde el nacimiento hasta la tumba, desde la mañana hasta la noche y aún al dormir, y esa manera de vida también es su cultura…Es en el Cristianismo que se han desarrollado nuestros artes; es en el Cristianismo que las leyes de Europa han estado –hasta recientemente – enraizadas. Es en contra de un trasfondo de Cristianismo que toda nuestra manera de pensar tiene significado. Un individuo Europeo podría no creer que la Fe Cristiana sea verdadera, y, sin embargo, lo que dice, y realiza, y hace, resurgirá del todo de su herencia de cultura Cristiana y depender sobre esa cultura para tener significado…Si se va el Cristianismo, el total de nuestra cultura se irá.[4]

La Biblia entera habla sobre los súbditos de gobiernos y política tanto como habla sobre todo lo demás. Abraham Kuyper (1837 – 1920), Primer Ministro de Holanda y Profesor de Teología en la Universidad Gratuita de Ámsterdam y editor del periódico diario The Standard (El Estándar), resume esta verdad con éstas palabras: “Ni un sólo pedazo de nuestro mundo mental debe estar herméticamente sellado y apartado de lo demás, y no hay una sola pulgada cuadrada en todo el dominio de nuestra existencia humana en donde Cristo, quien es Soberano sobre todo, no grita: “¡Mío!”[5]

Si la santidad significa “No Robarás” para ti y para mi, entonces también significa lo mismo para ti y para mi si decidimos convertirnos en un oficial civil.  La política, de hecho “gobierno civil,” no es territorio moralmente neutral como el auto, familia, e iglesia gobiernos no son moralmente neutrales.  Si seguimos el razonamiento de algunos Cristianos, no podemos alzar la voz en contra de ministros civiles cuando violan su juramento de defender la Constitución y violan alguna ley bíblica, por ejemplo, la ley específica en contra del hombre robando. (Éxodo 21:16; 1 Timoteo 1:10; Apocalipsis 18:13).  ¿Deberíamos permanecer callados y pasivos cuando un esposo viola su juramento de matrimonio o un ministro del evangelio que viola sus votos de ordenación? Desde luego, no deberíamos. Hay procedimientos para tratar con éstas violaciones. Lo mismo es cierto en el ámbito civil. Incluye organizando a las personas a oponerse a violadores de juramentos civiles para removerlos de sus puestos.

Así que, si ladrones interrumpen en su casa y la queman ¿qué deberías hacer? ¿Qué si lastiman y violan a tu esposa y roban todo lo que tienes? Si el jefe de policía y el alcalde de la ciudad no hacen nada al respecto ¿será que estos Cristianos que no se involucran que le dicen a sus seguidores Cristianos que no deberían protestar pero tan sólo tomar la persecución “por causa de la justicia”? ¿Será que lo considerarían “orgulloso,” “pomposo” y un “ejecutor violento de poder” para reunir a sus vecinos para votar en contra del alcalde en las próximas elecciones?  De acuerdo a la Palabra de Dios, el magistrado civil tiene el poder de la espada (Romanos 13: 1-4). Sin límites en la autoridad y poder del ministro civil, esa espada puede causar mucho daño a mucha gente.

Supongo que mientras que Cristianos como Corrie ten Boom (1893-1983) y su familia fueron arrastrados a un campo de concentración por ayudar a judíos a escapar de los Nazis, sus compañeros Cristianos les deberían de haber dicho, “Esto es lo que obtienes por no estar dispuesta a ser oprimida y ser privada de tus derechos por la causa de la justicia. Deberías de haber hecho las paces con los Nazis y no protestar en contra de ellos.  La persecución es la suerte de los Cristianos en la vida.”

Si los Cristianos hubiesen estado involucrados en esfuerzos de construcción de la civilización, incluyendo gobiernos civiles hace décadas y comprendieran los límites de acciones no retadas por aquellos que trabajan en contra de una civilización Cristiana, Alemania nunca hubiese tenido a un Adolfo Hitler.  En la Alemania del Siglo XIX, se hizo una distinción entre el ámbito de la política pública manejada por el Estado y el dominio de moralidad privada bajo la provincia del evangelio. La religión fue la esfera de la vida personal interna, mientras que asuntos públicos se pusieron bajo la jurisdicción de los “poderes mundiales.” La redención fue en su totalidad bajo la provincia de la iglesia mientras que la esfera civil fue tan sólo la provincia del Estado. “La religión fue un asunto privado que se concernía a sí mismo con el desarrollo personal y moral del individuo. El orden externo –la naturaleza, conocimiento científico, manejo de la política- operaba con base o fundamento de su propia lógica interna y leyes discernibles.”[6]

Es una parodia que muchos Cristianos sostengan puntos de vista similares hoy en día. No ayuda que Millones de Cristianos crean que no hay esperanza y que el remedio es algo llamado “el rapto de la iglesia” que vendrá a rescatar a los Cristianos de su responsabilidad.  Lean mi artículo “Un Voto para Biden Acelerará el Regreso de Jesús y Su Segunda Venida.”


[1] Gary North, “Resistance to Church Lockdowns: What About Romans 13?” (July 30, 2020).

[2] Quoted in John Baillie, What is Christian Civilization? (London:  Oxford University Press, 1945), 5.

[3] See my book Myths, Lies, and Half-Truths (Powder Springs, GA: American Vision Press, 2010).

[4] T.S. Eliot, Notes Towards the Definition of Culture (New York: Harcourt, Brace and Company, 1949), 29, 126.

[5] Abraham Kuyper, “Sphere Sovereignty” (1880) in James D. Bratt, ed., Abraham Kuyper: A Centennial Reader (Grand Rapids: Eerdmans, 1998), 488.

[6] Richard V. Pierard, “Why Did Protestants Welcome Hitler?,” Fides et Historia (North Newton, KS: The Conference on Faith and History), X:2 (Spring 1978), 13.