Las revoluciones a menudo comienzan desconectando a la gente del pasado. Adolfo Hitler comprendió esto. En Mein Kampf Hitler enfatizó “la importancia de ganarse y luego entrenar a los jóvenes en el servicio a ‘un nuevo estado nacional’.” Cuando un oponente declara, “No me acercaré a tu lado,” dijo en un discurso el 6 de Noviembre de 1933, “digo con calma: ‘Tu hijo ya nos pertenece…¿Qué eres? Pasarás. Sin embargo, sus descendientes ahora están en el nuevo campamento. En poco tiempo no conocerán más que esta nueva comunidad’.”
Y el 1ero de Mayo, 1937, Hitler declaró, “Este nuevo Reich no dará sus jóvenes a nadie, pero a su vez tomará a los jóvenes y les dará su propia educación y su propia crianza.”
Consideren que la gran mayoría de los niños de nuestra nación son educados por el gobierno. Lo que sea que hay en los libros textos, los maestros lo deben impartir. ¿Quién es el que escribe los libros de texto? La mayoría de las compañías producen sus libros de texto para dos estados mayores, California y Texas, ya que tienen la mayor cantidad de estudiantes. Los escritores de libros de textos no van a producir libros que rechazan al estado de California. Hay demasiado dinero en juego. Los estados con menor cantidad de población terminan consiguiendo los libros que están fuertemente influenciados por educadores de California.
https://www.youtube.com/watch?v=F9zmW_yMBUw&feature=youtu.be
Adultos mayores aún tienen recuerdos del pasado, pero con el avance de cada generación a través de los años, esos recuerdos se pierden con las generaciones más jóvenes si no se les enseña la verdad sobre el pasado de la nación. La obra de George Orwell 1984 lo explica de ésta manera: “Quien controla el pasado, controla el futuro: quien controla el presente controla el pasado.” Continuó con describir el método para limpiar por completo la historia del pasado:
Todo registro ha sido destruido o falsificado, todo libro ha sido reescrito, todo cuadro ha sido repintado, toda estatua y edificio de la calle ha sido cambiado de nombre, toda fecha ha sido alterada. Y el proceso continúa día a día y minuto por minuto. La Historia se ha detenido. Nada existe excepto un presente sin fin en donde el Partido siempre tiene la razón. Lo sé, desde luego, que el pasado está falsificado, pero nunca sería posible que yo lo pudiera probar, aún si yo mismo hiciera la falsificación. Después que se haya hecho esto, ya no permanece evidencia alguna.[1]
No podemos permitir que eso suceda. Si las escuelas se rehúsan a enseñar la verdad sobre el pasado, queda en nosotros hacer maniobras evasivas alrededor de ellos. Aún tenemos libertad de expresión, pero con todo lo que está sucediendo hoy en día, esto también podría volverse en un recuerdo distante.
Nuestros libros de texto han sido re-escritos para re-escribir el pasado. Ha estado pasando por mucho tiempo. Por ejemplo, la erosión de la intención del Día de Acción de Gracias como se practicaba por los colonialistas y sancionado por los presidentes y el Congreso, se puede ilustrar de la mejor manera cómo unos libros de texto manejen este tema.
Un libro de texto de estudios sociales de una escuela de primaria tiene treinta páginas de material “sobre los Peregrinos, incluyendo el primer Día de Acción de Gracias. Pero no hay una sola palabra (o imagen) que haga referencia a la religión como parte alguna de la vida de los Peregrinos. Una madre que tiene u su hijo en una clase usando este libro escribió… que su hijo regresó a casa y le dijo que “el Día de Acción de Gracias era cuando los Peregrinos le dieron las gracias a los Indios.” La madre llamó al director de la escuela de este suburbio de la ciudad de Nueva York para señalarle que el Día de Acción de Gracias era cuando los Peregrinos le dieron gracias a Dios. El director respondió diciendo que eso era ‘la opinión de ella’ – ¡las escuelas solamente podían enseñar lo que estaba en los libros!”[2]
La profesora de la Universidad de Grove City, Paul Kengor hace memoria de una conversación que “tuvo con un amigo quien trabaja en la sección de niños en Barnes y Noble” y “regularmente le cuenta (a él) en lo último sobre las correcciones políticas y clasificar el secularismo que impregna los libros de hoy.”
Ella le dijo que de todos los libros del Día de Acción de Gracias, solo había uno que mencionaba que se le daba gracias a Dios.
Kengor le preguntó, “¿A qué le daban gracias?” “Tan sólo están agradecidos,” dijo vagamente. “Sencillamente están agradecidos.” “¿Agradecidos por qué?” preguntó Kengor. Ella enfatizó de nuevo: “Tan sólo están agradecidos.”
Un estudio por el Museo McCormick Tribune Freedom “encontró que el 22 por ciento de los Americanos podían nombrar a todos los cinco miembros de la familia de los Simpson, comparados con tan sólo uno dentro de mil personas que podían nombrar las cinco libertades de la Primer Enmienda,” y esto es después de las clases de historia y civismo de América en el nivel secundario y la universitario.
¿Es de extrañar que la base de la República Estadounidense se esté destrozando? No deberíamos estar atemorizados en ninguna manera por el pasado de nuestra nación. La verdad, y nada más que la verdad es esencial para avanzar. El asunto es, existen aquellos que están tratando de remover los elementos esenciales de la historia de nuestra nación que hacen que nuestra habilidad de formar juicios morales sea imposible.
[1] George Orwell, Nineteen Eighty-Four (New York: Harcourt, Brace and Company, 1949), 156. La cita puede ser hallada en la página 195 de esta version electronica.
[2] Paul C. Vitz, Censorship: Evidence of Bias in Our Children’s Textbooks (Ann Arbor, MI: Servant Books, 1986), 3.