“Los que dejan la ley alaban a los impíos; Mas los que la guardan contenderán con ellos.” (Proverbios 28:4)

“Como fuente turbia y manantial corrompido, Es el justo que cae delante del impío.” (Proverbios 25:26)

Los izquierdistas siempre están empujando en contra de aquellas políticas gubernamentales que no les gustan.  Hay una forma correcta y una incorrecta de hacer esto. Quemar, saquear, y matar no son la forma correcta. Nuestro sistema constitucional permite empujar o pelear en contra de esto. La Constitución es un documento para empujar en contra. En términos bíblicos y constitucionales, no tenemos que someternos a al estatus quo político. Lo podemos cambiar. No estamos ordenados a permanecer callados o pasivos. Cuando vemos maldad, tenemos el derecho y el deber de empujar en contra, de varias maneras sin violar ninguna directriz bíblica o constitucional.

¿Y qué sobre el empujar en contra de la cultura como lo estamos viendo todo los días en los Estados Unidos?

¿Deberían los cristianos permanecer callados y no hacer nada y sólo rendirse a los no creyentes a todo nivel en la sociedad? Absolutamente no.

El año pasado vi un artículo en Facebook con el título “Debemos Rendirnos”.  Fue escrito por Carlos Chang, un abogado, quien sirve como un anciano en la Iglesia “Grace Community.”  El artículo está argumentado de forma mala y peligrosa.  Comienza de la siguiente manera:

“Como soldados de Cristo, debemos someternos a los no creyentes a todo nivel. Debemos someternos en lo público y en lo privado, a nivel macro y a nivel micro, en una escala nacional y en una escala privada. Debemos someternos a toda autoridad secular que ha sido puesta sobre nosotros.

Mientras que el mundo se seculariza más y más, el gobierno será uno de los agresores principales, sino el más dominante, en contra del Cristianismo. La pregunta será, ¿cómo luchar en contra del gobierno cuando declara la guerra en contra de los Cristianos y los valores Judeo-Cristianos?”

Chung cita 1 Pedro 2:13-15 para apoyar su posición:

“Por causa del Señor someteos a toda institución humana, ya sea al rey, como a superior, ya a los gobernadores, como por él enviados para castigo de los malhechores y alabanza de los que hacen bien. Porque esta es la voluntad de Dios: que haciendo bien, hagáis callar la ignorancia de los hombres insensatos;”

Noten que Pedro dice, “toda institución humana,” y no “los no creyentes en todo nivel.”  Los no creyentes en todo nivel no tienen “autoridad” para castigar a los hacedores de maldad o de gobernarlos. El gobierno de los Estados Unidos es una “institución humana.” La Constitución es nuestro “César” nacional. Basado en la Constitución, podemos “hacer una solicitud al gobierno por una reparación de agravios” (Primera Enmienda) en términos de religión, diálogo, prensa, y asamblea.

En adición, La Décima Enmienda limita el poder del gobierno nacional. Esto significa que hay remedios gubernamentales a nivel estatal en donde los Cristianos se pueden involucrar.  De acuerdo a 1 Pedro 2:13-15, todo lo mencionado anteriormente está permitido bíblicamente ya que los Cristianos están actuando según nuestro sistema de gobierno nacional.

El artículo de Chung es típico de Cristianos que declaran que los Cristianos deben ceder a las autoridades civiles sin importar lo que nos digan qué hacer y estar callados al respecto. Chung sí señala que hay excepciones:

“La única vez que estamos libres a desobedecer a las autoridades institucionales es cuando nos ordenan desobedecer a nuestro Señor y Amo, pero luego de eso, debemos ser ciudadanos ejemplares, sumisos y reverenciales a las autoridades sobre nosotros. Eso es porque toda autoridad ha sido puesta allí por Dios mismo. Esto es a lo que se refiere el Pastor MacArthur como ciudadanía evangelística.”

Pedro mismo hace notar este punto en dos lugares en el libro de los Hechos:

  • “Mas Pedro y Juan respondieron diciéndoles: Juzgad si es justo delante de Dios obedecer a vosotros antes que a Dios; porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído” (4:19–20)
  • “Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres” (5:29).

Noten que Pedro no cita estas excepciones en su llamado a “someterse … a toda institución humana.” ¿Había cambiado de opinión? En ninguna manera. La amonestación de Pedro nos dice que debemos evaluar nuestra sujeción a la autoridad en términos de lo que dice toda la Biblia.

Cualquier persona que conoce lo que llamamos el “Antiguo Testamento” habría conocido que hubo excepciones específicas a los comentarios absolutistas de Pedro.

¿Será que Pablo, como un ciudadano Romano y un Cristiano, “se rindió” a las autoridades Romanas en todo sentido? Él y Silas fueron tomados a la fuerza. Consideren lo que pasó cuando fueron traídos ante los “magistrados principales” Romanos (Hechos 16: 19-20):

“Pero viendo sus amos que había salido la esperanza de su ganancia, prendieron a Pablo y a Silas, y los trajeron al foro, ante las autoridades; y presentándolos a los magistrados, dijeron: Estos hombres, siendo judíos, alborotan nuestra ciudad,

Y se agolpó el pueblo contra ellos; y los magistrados, rasgándoles las ropas, ordenaron azotarles con varas.

Después de haberles azotado mucho, los echaron en la cárcel, mandando al carcelero que los guardase con seguridad. El cual, recibido este mandato, los metió en el calabozo de más adentro, y les aseguró los pies en el cepo” (16:22–24).

De acuerdo a Chung, Pablo y sus asociados debían haberse “rendido” y recibido su castigo en paz e irse calladamente.  Pero eso no es lo que sucedió. Hubo un terremoto, el carcelero se convirtió, y luego los magistrados principales enviaron a su policíaa para liberar a Pablo y Silas.

Chung podría decir, “Vean, Dios utilizó su persecución y sometimiento para bien.” De hecho, así lo hizo. Noten lo que Pablo hace después:

“Y el carcelero hizo saber estas palabras a Pablo: Los magistrados han mandado a decir que se os suelte; así que ahora salid, y marchaos en paz.

Pero Pablo les dijo: Después de azotarnos públicamente sin sentencia judicial, siendo ciudadanos romanos, nos echaron en la cárcel, ¿y ahora nos echan encubiertamente? No, por cierto, sino vengan ellos mismos a sacarnos.

Y los alguaciles hicieron saber estas palabras a los magistrados, los cuales tuvieron miedo al oír que eran romanos.

Y viniendo, les rogaron; y sacándolos, les pidieron que salieran de la ciudad.

Entonces, saliendo de la cárcel, entraron en casa de Lidia, y habiendo visto a los hermanos, los consolaron, y se fueron.” (16:36–40).

¿Será que Pablo estaba dañando su testimonio Cristiano con tal demanda? En ninguna manera. Estaba ejerciendo sus derechos como ciudadano Romano. ¿Será que algunas personas se opondrán a Él? Seguramente. Hicieron un problema cuando Jesús sanó y alimentó a la gente. El libro de los Hechos enseña reacciones diferentes a los mensajes de Pedro y Pablo. La Palabra de Dios causa división, y los Cristianos serán atacados no importa lo que hagan.  Consideren lo siguiente que dice Pablo:

“Pero en lo que otro tenga osadía (hablo con locura), también yo tengo osadía.

¿Son hebreos? Yo también. ¿Son israelitas? Yo también. ¿Son descendientes de Abraham? También yo.

¿Son ministros de Cristo? (Como si estuviera loco hablo.) Yo más; en trabajos más abundante; en azotes sin número; en cárceles más; en peligros de muerte muchas veces.

De los judíos cinco veces he recibido cuarenta azotes menos uno.

Tres veces he sido azotado con varas; una vez apedreado; tres veces he padecido naufragio; una noche y un día he estado como náufrago en alta mar;

He estado en caminos muchas veces; en peligros de ríos, peligros de ladrones, peligros de los de mi nación, peligros de los gentiles, peligros en la ciudad, peligros en el desierto, peligros en el mar, peligros entre falsos hermanos;

He estado en trabajo y fatiga, en muchos desvelos, en hambre y sed, en muchos ayunos, en frío y en desnudez; y además de otras cosas, lo que sobre mí se agolpa cada día, de la preocupación por todas las iglesias. ¿Quién enferma, y yo no enfermo? ¿A quién se le hace tropezar, y yo no me indigno?” (2 de Corintios 11:21-29).

Jean-Baptiste de Champaigne, Saint Paul Stoned in the City of Lystra

Pablo simplemente exponía la Palabra de Dios, y aún así fue atacado. Antes de escribir sobre la sumisión “a toda institución humana,” Pedro escribió,**“**manteniendo buena vuestra manera de vivir entre los gentiles; para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, glorifiquen a Dios en el día de la visitación, al considerar vuestras buenas obras.” (1 Pedro 2:12).  Aún practicando las obras y acciones (constitucionales), buenas y correctas, los Cristianos serán atacados como Cristo, Pedro y Pablo fueron atacados. La sumisión a la autoridad no significa silencio, falta de acción o pasividad, ni “someternos a los no creyentes en todo nivel.