“Kids Say the Darndest Things” (Los Niños Dicen las Cosas Más Pícaras) era una comedia de situación protagonizada por Bill Cosby desde Enero 9 de 1998 hasta Junio 23 del 2000.  La idea del show estaba derivada del show de radio de Art Linkletter “Fiesta en Casa” (House Party) y la serie de TV con el mismo nombre.  “El segmento más recordado de este show fue ‘Los Niños Dicen las Cosas más Pícaras,’ en el cual Linkltter entrevistaba a niños de escuela de edades entre cinco y diez años.  Durante este segmento que duró como 27 años.  Linkletter entrevistó a un estimado de 23,000 niños.”

¿Por qué los niños son las cosa más divertida que existe?  Porque ellos no tienen muchos conocimiento, y como resultado, lo que frecuentemente dicen es gracioso para nosotros.

Los adultos no tienen excusa cuando dicen cosas condenables.  Esto solo demuestra que la educación y un trabajo de alto perfil no es garantía de inteligencia, sentido común, o razonamiento moral.

Aquí está una de las declaraciones más condenables que vas a leer; considera la fuente:

“Una columnista del “The Nation” (periódico) hizo caso omiso de las acusaciones sexuales en contra de Joe Biden…diciendo que el presunto presidenciable nominado de los Demócratas obtendría su voto incluso ‘si él hirviera bebes y se los comiera’.”

Katha Pollitt dijo que Biden no es su primera opción para ocupar la Casa Blanca pero que derrocar al Presidente Trump es más importante.

“Yo votaría por Joe Biden si él hirviera bebes y se los comiera,” escribió mientras lidiaba con las acusaciones hechas por Tara Reade, una ex miembro del personal del Senado que trabajaba para Biden. “Él no era mi candidato, pero ganar de nuevo la Casa Blanca es lo más importante.” (Fox News).

Ahí lo tienen.  De hecho, si está bien asesinar bebes aún no nacidos, ¿por qué estaría bien asesinar y comer bebes cuando lo único que ha cambiado es el tamaño y el tiempo del bebe?

Cuando los izquierdistas dicen este tipo de cosas condenables, ellos responden con, “Yo solo estaba bromeando” (Biden), o en el caso de Pollitt, sus críticos son “almas tiernas” quienes no aprecian el “humor negro,” o no se disculpan como la escritora australiana Clementine Ford lo hizo después de haber publicado en twitter que “el coronavirus no está asesinando hombres lo suficientemente rápido.”

Los izquierdistas siempre son perdonados cuando dicen tales cosas condenables y ofrecen una falsa mea culpa.  Si los conservadores hubiesen dicho algo como lo que estos cabezas de nuez dijeron, estos hubiesen sido bloqueados de cada plataforma de redes sociales en el mundo y hubiesen sido expulsados de su puesto público.

Steven Pinker, un ateo, está apaleando a los evangélicos porque muchos de ellos están llamando a que los países abran y así la gente pueda regresar a trabajar.  Yo apuesto a que son más que evangélicos e incluso muchos ateos quienes quieren ver nuestro país regresando a trabajar.

¿Son todas estas personas evangélicas?

¿Qué acerca de estos veraneantes yendo a la playa?: “Playas, Bares y Paseos Marítimos Llenos en Toda la Nación, ya que Muchos Desafían al Gobierno y el Distanciamiento Social.”

Sospecho que a Pinker le va bien financieramente.  Él es un autor muy bien vendido y enseña en Harvard.  Estoy dispuesto a apostar que él sigue recibiendo su salario cuando decenas de millones que estaban empleados han perdido sus trabajos debido a este encierro nacional sin razón.  Consideren los siguientes enlaces:

El siglo pasado presenció tres pandemias con al menos 100,000 muertes en USA: La Gripe Española, 1918-1919, entre 20 y 50 millones de muertes en el mundo, incluyendo 675,000 en USA; la Gripe Asiática, 1957-1958, con cerca de 1.1 millones de muertes en el mundo, 116,000 de estas en USA, y la Gripe de Hong Kong, 1968-1972 con cerca de 1 millón de personas en el mundo, incluyendo 100,000 en USA.  Hasta ahora, la presente pandemia ha producido casi 100,000 muertes en USA, pero la reacción de un cierre económico no tiene precedentes.

El resultado de la pérdida económica en USA solamente, se estima que será del 5% del PIB, o $1.1 trillones por cada mes que dure el encierro.  Esta pérdida de ingresos resultará en vidas perdidas, ya que el estrés del desempleo y las necesidades básicas aumentan la incidencia de suicidio, abuso de alcohol o drogas y enfermedades inducidas por el estrés.  Estos efectos son particularmente severos en la población de bajos ingresos económicos, ya que son los más propensos a perder sus trabajos, y las tasas de mortalidad son mucho más altas en los individuos de bajos ingresos económicos. (The Hill).

Así que, ¿por qué Pinker está culpando a los cristianos evangélicos por el fin del encierro? Porque los cristianos creen una vida futura después de la muerte y no les importa si mueren y llevan a su gente con ellos:

“Profesor de Psicología de Harvard Steven Pinker dijo el Jueves (Mayo 21) que la presión para reabrir la sociedad y ponerle fin al encierro viene del ‘engaño maligno’ de los cristianos y su creencia de una vida futura.

Los ateos creen en esta vida solamente y están más preocupados por la salud y la seguridad, el Profesor Pinker sugirió en un tweet, mientras los cristianos tienden a devaluar ‘vidas de verdad’ y vivir en riesgo de existencia.”

Yo deseo una “reapertura rápida” porque cerrar la economía fue una reacción innecesaria como ciertos expertos lo han sostenido (vean los enlaces ya provistos).  Yo quiero vivir tanto como pueda y tomar las precauciones racionales tal y como lo hago con todas aquellas situaciones peligrosas, incluyendo estar en casa cuando tuve la gripe y evité personas con otras enfermedades comunicables.  Siempre lo he hecho así.

Pueda que existan cristianos quienes hacen caso omiso de buenos consejos médicos porque van a ir al cielo cuando mueran, pero no conozco a nadie quien piense que esta es la mejor forma, y apuesto a que conozco más evangélicos que Pinker.

Es típico que alguien como Pinker no tenga mucho conocimiento de la doctrina cristiana de la historia:

“Históricamente, la creencia cristiana en una vida eterna rara vez a resultado en una desconexión de la tarea común de mejorar el mundo y la búsqueda de ayuda para las necesidades de otros.  No es dominio único de los evangélicos la creencia en la vida futura, pero forma parte del credo común de todos los cristianos ortodoxos…

Estudio tras estudio ha encontrado que tal ‘teoría’, se confirma en la práctica también, ya que las personas religiosas demuestran ser mucho más generosas con su tiempo y dinero que los ateos.

En uno de los más grandes estudios de su clase, la encuesta masiva Social Benchmark Community en el año 2000, encontró que las personas religiosas tienen 25 puntos porcentuales más de probabilidad que los secularistas para donar dinero y 23 puntos de mayor probabilidad para hacer voluntariado con su tiempo.” (Breitbart).

Si Pinker y sus compañeros ateos evolucionistas fuesen consistentes con su sistema de creencias, ellos hubiesen abogado para que el virus asesinara a las personas más débiles y así los que estén en mejor forma puedan sobrevivir.  A cambio de esto, ellos están tomando prestado capital ético de la cosmovisión cristiana la cual valora la vida humana porque los humanos son hechos a la imagen de Dios.  Su valor es imputado por Dios.  No existe valor imputado en bolsas evolucionadas de materia animada.

No nos sorprenda, que Pinker devalúe la vida de los bebes aún no nacidos.  Consideren las siguientes citas de su artículo de 1997 en el Washington Post, “Argumentando por el Infanticidio”:

“El derecho a la vida debe venir, dicen los filósofos morales, de rasgos moralmente significativos que nosotros los humanos poseemos.  Tal rasgo está teniendo una secuencia única de experiencias que nos definen como individuos y nos conectan con otras personas.  Otros rasgos incluyen la capacidad para reflexionar sobre nosotros mismos como un lugar continuo de consciencia, para formar y saborear planes para el futuro, temer a la muerte y expresar la elección de no morir.  Y ahí está el problema: nuestros recién nacidos e inmaduros no poseen estos rasgos más que los ratones.

Para Pinker, y sus asociados ateos, cuando tu estás muerto, estás muerto.  Lo que Adolf Hitler, Joseph Stallin, y Mao Zedong hicieron en este lado de la tumba no resulta ser éticamente o moralmente diferente de lo que Steven Pinker hace ética o moralmente de este lado de la tumba, porque “todo lo que somos es polvo en el  viento.”