Hace unos años, George Steohanopoulos (Γεώργιος Στεφανόπουλος), descendiente de migrantes Griegos, dijo que las compañías que se retiran a funcionar en el extranjero debido a los altos impuestos en América “no son patriotas.”  ¿Acaso fue un acto patriótico dejar su propio país para encontrar una mejor vida en los Estados Unidos de América?

Cuando ellos salieron de Grecia, dejaron de pagar impuestos en ese país. ¡Que falta de patriotismo! ¿Acaso son los migrantes de hoy faltos de patriotismo cuando arriesgan su vida y su integridad física huyendo de la opresión política y económica de sus países de origen? ¿Qué acerca de mis abuelos? Ellos huyeron de Italia porque creyeron que América era la tierra de la oportunidad. Criaron 23 hijos aquí (DeMare/11 y Crocco/12). ¿Acaso les faltó patriotismo?

Cuando vemos a los primeros pobladores de América. En casi todos los casos, los problemas en cuanto a la libertad fueron las razones por las cuales ellos arriesgaron todo para iniciar de nuevo en una cruda y subdesarrollada tierra. Los únicos que juzgaron a estos migrantes como “faltos de patriotismo” fueron los tiranos quienes los oprimían. Nada de esto ha cambiado.

Las empresas que están llevando sus negocios a otros lugares están siendo oprimidas económicamente en los Estados Unidos de América. Al irse al extranjero, están (1) diciéndoles a nuestro gobierno que los impuestos están muy altos y (2) ahorrando dinero para poder mantener sus precios bajos para sus clientes y sus accionistas.

Como resultado del encierro por este virus, estamos viendo las implicaciones de los negocios saliendo al extranjero. Tal vez, la mayoría de los oficiales electos escuchen el mensaje de que reducir impuestos beneficia a todos.

El dinero es cobarde. Este va a donde no lo asalten. Nuestro gobierno no está proporcionando seguridad para el dinero y para que se puedan seguir haciendo negocios en los Estados Unidos.

En un discurso de 1978, Zoltan Merszei, quien sirvió como Presidente y Director Ejecutivo de Dow Chemical Co. Hasta su jubilación en 1979, dijo lo siguiente al Empire Club de Canadá:

Un hecho de la vida es que el dinero es cobarde. El dinero cruza las fronteras nacionales libremente. El capital de inversión no fluirá por una calle peligrosa e iluminada donde el riesgo es visiblemente mayor que la recompensa potencial. El dinero no tiene lealtad nacional. Al igual que las fichas de póker, el dinero no tiene un hogar permanente.

¿Acaso Stephanopoulos piensa que estos negocios van a preferir ir al extranjero sabiendo que podrían quedarse aquí bajo el mismo o incluso más bajo costo? De la misma manera que muchos izquierdistas, él sabe muy poco sobre economía y mucho sobre las glorias de gobiernos opresores.

Digamos que tus abuelos, tus padres, y ahora tú, vivieron en el mismo vecindario. Pero las cosas han cambiado. Hubo un tiempo cuando tú podías dejar las puertas y las ventanas abiertas y sin llave porque el crimen era casi inexistente. Los impuestos eran bajos. Las escuelas eran buenas. Pero los tiempos han cambiado. Los impuestos han subido, y también el crimen.

El sistema educativo ahora enseña cosas que son contrarias a tus creencias. Has tratado de que los oficiales en tu gobierno vean el problema, pero la única solución que ofrecen es subir los impuestos y decirte que pongas barrotes en tus puertas y ventanas. Tu respuesta es mudarte. Sucede todo el tiempo en América. Pregúntale a las personas viviendo en Detroit y Nueva York.

Stephanopoulos argumentaría que tú debieses quedarte, incluso si tu casa es asaltada todas las noches. El mudarte sería falta de lealtad al vecindario en el que fuiste criado. Yo digo, hay que arreglar el vecindario, y luego habría que continuar la tradición familiar. Deja de estar robando mi propiedad y estar poniendo obstáculos a mis negocios, y solo entonces me quedaré. De otra manera, Sr. Stephanopoulos, regrese usted a Grecia y muestre un poco de patriotismo a su nación de origen.  Usted no lo hará porque la economía en Grecia, en este momento, está peor que la nuestra.

Stephanopoulos es parte del problema. Él quiere impuestos más altos. Él es de aquellos ladrones que siguen asaltando los hogares. Claro que, él no lo hace personalmente. Él es como Michael Carleone. Contrata –vota por personas- para que hagan el trabajo sucio izquierdista para él y sus compinches izquierdistas mientras gana millones de dólares cada año.

Él hace su dinero trabajando para organizaciones de izquierda, dos años con el presidente Bill Clinton y ahora un trabajo con ABC. Claro, él desea que más personas paguen más impuestos porque de otra manera él tendría que buscar y conseguir un trabajo de verdad.